1. No hagas caso a todos los consejos que recibes. Utiliza y
aplica sólo los que te sirvan y los que te hagan sentir cómoda. Tu intuición es
más importante.
2. Sé amable con tu esposo y contigo misma. Tú estableces el
ambiente en tu casa. Si estás estresada o enojada, el resto de la familia lo
sentirá también.
3. Sé flexible. Estás en un camino inexplorado. Tu vida
acaba de cambiar por completo. Acepta los cambios y entrégate a vivir esta
nueva experiencia. Tú ya no estás en control.
4. Sal de la casa con tu bebé. Al principio da mucho miedo
porque no sabes si puedes lidiar con el pequeño fuera de la comodidad de tu
casa y de tus cosas. Pero lo tienes que hacer. Anímate. El mundo los espera. Al
bebé le gustará.
5. Acepta ayuda. Si tu suegra te dice que ella puede cuidar
al bebé para que tú puedas dormir un par de horitas o si tu vecina te dice que
va a ir al supermercado y que te puede hacer algunas compras, no lo dudes,
acepta el ofrecimiento. En estos tiempos se ha hecho más común que el núcleo de
la familia se forme de pocas personas pero la realidad es que para criar un
bebé se necesitan varias manos. Cada uno aportará muchos beneficios al
desarrollo de tu bebé.
6. Ten sexo. Todas sabemos que existen miles de excusas para
no hacerlo —estás cansada, dolorida, no te has podido bañar—. Sin embargo, los
beneficios de un ratito de pasión son incuestionables. Te dará más energía, te
acercará a tu marido nuevamente y te sentirás renovada.
7. Descansa cuando tu bebé lo haga. Si intentas hacer todo
lo que te falta antes de que se despierte, lo único que lograrás es estar
cansada para cuando se levante y tendrás menos paciencia.
8. Dile al papi cómo te puede ayudar. Muchas veces él quiere
hacerlo, pero quizás necesite que tú le expliques de qué manera.
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